

En Colombia, la legítima defensa es una causal de justificación penal que permite a una persona actuar para protegerse a sí misma o a un tercero ante una agresión actual e injusta, sin que dicha conducta sea considerada un delito. Este concepto está regulado por el Código Penal Colombiano y es clave en muchos procesos penales donde se debate si una acción violenta fue un delito o una reacción legítima para proteger un derecho fundamental.
Fundamento legal
La legítima defensa se encuentra consagrada en el artículo 32 del Código Penal (Ley 599 de 2000), que establece que no hay delito cuando:
“Se obre por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno contra injusta agresión actual o inminente, siempre que la defensa sea proporcional al ataque y no haya provocación suficiente por parte del defensor.”
¿Cuándo se configura la legítima defensa?
- Existencia de una agresión injusta
Debe tratarse de una acción real, concreta e ilegal que represente un peligro para un bien jurídico como la vida, la integridad física, la libertad, entre otros.
Ejemplo: Un intento de atraco, una agresión física sin justificación, una amenaza directa.
- Necesidad de la defensa
La reacción debe ser inevitable y necesaria para evitar el daño. Es decir, no hay otra alternativa viable distinta a defenderse en ese momento.
- Proporcionalidad de la defensa
El medio empleado para repeler la agresión debe ser proporcional al ataque recibido. No se puede responder con violencia excesiva ante una agresión leve.
¿Puedo defender a otra persona?
Sí. La legítima defensa no solo aplica en protección propia (defensa personal), sino también cuando se protege a un tercero en peligro (defensa de terceros). Por ejemplo, si una persona presencia que un familiar está siendo atacado con arma blanca, puede intervenir para repeler al agresor sin incurrir en delito, siempre que cumpla los requisitos mencionados.
¿Qué NO es legítima defensa?
- Actuar por venganza o provocación previa.
- Defender un derecho usando más fuerza de la necesaria.
- Reaccionar cuando ya cesó el peligro o la agresión.
- Fabricar una situación para aparentar defensa (uso fraudulento del argumento).